martes, 22 de mayo de 2012

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Hoy me encuentro encadenando palabras
como se encadenan los años,
con el camino a la espalda
y los bolsillos cargados.

Las palabras en las que nos soñamos,
palabras que nos asustan,
palabras que nos intuímos,
palabras que se nos traducen en las manos.

Estas palabras extranjeras en tus labios,
latentes desde otro tiempo de jóvenes trazos,
hoy son palabras sin prisa,
palabras para que las caminemos paso a paso.

Y una intérprete yo, en tus brazos,
soy una palabra traducida en sonrisa,
una palabra-abrazo,
una palabra-caricia,
una palabra-espasmo,
una palabra-carcajada,
una palabra en pacto de silencio con tu almohada.

Y soy una palabra con miedo a tu silencio
que, a veces, con la lengua en tu comisura,
otra palabra ansía encontrar en tu mirada:
la de que somos ayer,
la de que somos ahora,
la de que somos, por fin,
la de que somos mañana.

martes, 1 de mayo de 2012

Y saboreo entre mis dientes esta nada,
este vacío de un pasar de horas
ya difuminadas.
Esta suspensión que me provoco
masoquistamente,
este placer/dolor de la soledad que no espera.
Esta nada dilatada,
estos relojes blandos,
mórbidos.

En el espejo me invento futuros,
me imagino tempestades
de oxígeno y piedra.

En algún lugar de esta casa hay una culebra,
la oigo deslizarse entre el polvo.

Sorbo prolongadamente la sopa,
me friego los brazos,
y a bocanadas imagino
tormentas de nunca y siempre,
tormentas de vida y piedra.