martes, 20 de abril de 2010

Monólogo putrefacto, años a...



No sé si sabes lo maravilloso que es tu miedo. Estás relleno de él como un pavo de Navidad, y se te sale por la boca.
Yo me lo trago, lo mastico, pero a fin de cuentas me lo trago, porque tengo tanto miedo que, si no lo hiciera, aquí caducaríamos uno de los dos, y yo te llevo ventaja en esto del miedo.

No sé si sabes lo maravillosa que es mi torpeza. Soy como uno de esos vendedores de teletienda con sudores mantecosos en la frente. Tú eres tan torpe que cambias de canal para que no te vendan el pela-patatas (y encima te cuelen el de la fruta con las primeras 20 llamadas).
Nuestras torpezas son tan evidentes que deberían ser encantadoras ¿no te parece?
Una bonita estampa de la estupidez humana.

Es tan divertido cómo nos creemos nuestros roles... pero aquí estamos, por mucho que le demos la vuelta, somos una misma cosa. Yo nunca había sido así antes, los conejos de mi estómago me lo agradecen. Jugar me mantiene despierta.
Juguemos por algo más grande que tú y que yo, que se me agota el seso de tanto imaginarnos.

Vamos, cómete esta maravillosa mentira de caramelo antes de que se me funda debajo de la lengua, la estoy manteniendo calentita para que vengas a chuparla.

¿Sabes que no te escucho cuando hablas? Si me río, no es por lo que has dicho, sino porque con el entusiasmo de tu ingenio te has descuidado, y un poco de tu aliento me ha rozado detrás de la oreja. Si supieras las cosas que mi cerebro te hace sin pedirte permiso... tantas que si las pienso me pongo nerviosa, y otra vez vuelta a empezar.No puedo evitarlo, soy toda de caramelo. Sólo necesito un poco de tu saliva para fundirme del todo.
Qué exclavitud mi amor... mis glándulas no te olvidan.

Yo sólo quiero que explotemos de una vez. De una puta vez.
Humo glorioso que se expanda por todas partes.
Una enorme nube de egos mezclados, revueltos. Una explosión tóxica y nuclear.

Todas las bombas que quieras caben en mis pupilas, si te fijas las verás.
Explotan cada vez que te miran.

Y lo siento mi amor, pero mi arsenal es tan grande (no puedes imaginarte cuánto), que seguirán explotando una y otra vez.

Te jodes.
Te jodes.
Te jodes.

Seguirá siendo así.
Por mucho que no entienda qué coño te pasa que no me dejas quererte
.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué buen monólogo!

Me gusta tu forma de escribir, tan visceral.

Saludos.

Charlina dijo...

Te agrero, me gusta tu blog...

Anne Foraster dijo...

incríble! me ha fascinado esta entrada , por cierto
que requeteguapa eres hija mía!
un besote***

Anónimo dijo...

Me gusta como escribes.. Te invito a visitar también mi Blog.. Ahora somos compañeras virtuales de curso en la Escuela de Escritores!!! Un abrazo desde Colombia!

Mi Blog http://cantodeangeles.blogspot.com

Pao